No es casualidad que, en prácticamente cualquier encuesta o sondeo realizado a extranjeros que han residido en Japón durante varios años, una de las cosas que más echan de menos, una vez abandonado el pais del sol naciente, sea las konbini, es decir, la tienda de conveniencia en Japón. Su nombre, コンビニエンスストア del inglés, convenience store, se utiliza de forma generalizada en su forma corta, konbini (コンビニ), y este no podía ser más acertado.

Abren 24 horas al día, siete días a la semana, 365 días al año. Da igual la festividad, la tienda de conveniencia en Japón no cierra sus puertas, salvo por reforma u organización de su inventario. Se dice que hay una por cada 2000 habitantes, y esto se traduce en una tienda de conveniencia en, prácticamente, cada esquina en las grandes ciudades.

Cuando vivía en España, sobre todo en mi época de estudiante de universidad, recuerdo que cerca de mi apartamento había un par de tiendas de conveniencia, una de ellas 7-Eleven. Venía bien para esas necesidades universitarias, fotocopias y bolsas de hielo, pero, lo cierto es que poco tenía que ver con la oferta tan variada de productos y de servicios que ofrecen las tiendas japonesas. Aquí, son muchas las alternativas, empezando por la trinidad, 7-Eleven, Family Mart y Lawson, y siguiendo por Daily Miyazaki, Circle K Sunkus – ahora unida a Family Mart – Poplar, Mini Stop o Seico Mart.

¿Qué es la tienda de conveniencia en Japón?

Si reducimos la tienda de conveniencia en Japón a su mínima expresión y nos quedamos únicamente con su aspecto, lo que tenemos aquí es un pequeño supermercado de entre 50 y 250 metros cuadrados, con un alto porcentaje de productos alimenticios. Si bien suelen estar centradas en productos de consumo rápido como aperitivos, comida preparada, bebidas, alcohol y tabaco, café de máquina, helados, productos de limpieza e higiene o cómics y revistas, desde hace unos años, las tiendas de conveniencia han sabido expander su modelo de negocio y adaptarse a las necesidades de los consumidores, como aumentar el número de productos frescos, ampliar la sección de farmacia y droguería o incluso, dar mayor importancia a la comida internacional en las zonas más turísticas.

De hecho, conscientes de que mucha gente, especialmente estudiantes o jóvenes independizados, realizan su compra diaria – o semanal – en la tienda de conveniencia de su barrio, han ajustado los precios de algunos productos básicos como la leche, para competir directamente con los supermercados. Porque sí, las tiendas de conveniencia ofrecen una selección de comida rápida más que decente, ya sea en formato bento (弁当) – bandejas con varios compartimentos que suelen incluir arroz, carne o pescado y guarnición -, bollería, bolas de a (onigiri, おにぎり), sushi y makisushi o platos internacionales como pasta o curry, por citar unos pocos ejemplos.

También son muy característicos de este tipo de establecimientos los nikuman (肉まん), bollos chinos rellenos de carne, que encontraremos siempre cerca del mostrador. Junto a ellos, no falta el pollo frito, las korokke (コロッケ), es decir, croquetas japonesas, los amerikan doggu (アメリカンドッグ) – perritos calientes empanados- y otras opciones como patatas fritas o rollitos de primavera. Ah, y cuando aprieta el frío, en invierno, las konbini, preparan oden (おでん), estofado muy apreciado por los japoneses.

Sacar dinero en la tienda de conveniencia

Y ahora viene lo realmente sorprendente. En las tiendas de conveniencia japonesas se puede retirar dinero en efectivo en sus cajeros automáticos, comprar sellos y enviar o recibir paquetes – sí, se puede enviar paquetes desde la konbini de tu esquina – , comprar entradas de conciertos, parques temáticos o museos – como el popular museo Ghibli de Mitaka, cuyas entradas se pueden adquirir en Lawson – , imprimir fotos y/o escanear documentos, pagar tus facturas de luz y agua, conectarte a su red wi-fi de forma gratuita o recibir la compra en casa. Casi nada.

Como curiosidad, existe un montón de productos exclusivos de tienda de conveniencia en Japón, que únicamente podremos encontrar en estos establecimientos, y un sinfín de promociones especiales, limitadas en las diferentes prefecturas. Dulces con sabores que solo podremos disfrutar en Hokkaido, refrescos con regalos únicamente disponibles en Fukuoka o latas de cafés con diseños exclusivos que nos encontraremos únicamente cuando pasemos por Kioto. Una idea fantástica para promocionarse y para ofrecer un valor añadido a la ya gran oferta disponible.

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